Desde la introducción del contenedor en la década de 1950 se hizo posible globalizar las operaciones de las empresas, facilitando trasladar las actividades de abastecimiento, producción, transporte y distribución a otras ubicaciones geográficas. A medida que se trasladan estas actividades en busca de menores costos y economías de escala, también se han alargado las cadenas de suministro. La disrupción creada por la pandemia ha afectado a los proveedores de estas largas cadenas de suministro por varias razones.
En cada país las autoridades gubernamentales han definido los sectores económicos que pueden continuar operando durante el cierre. Estos cierres difieren en gran manera dependiendo del país. Por ejemplo, India suspendió completamente los servicios de transporte terrestre, aéreo y por ferrocarril. Mientras que en Estados Unidos se consideran como servicios esenciales a las tiendas de mejoramiento del hogar y se les permite continuar operando durante la crisis.
Por otro lado, cuando se detecta un grupo de casos positivos de Covid-19 en instalaciones de producción se necesita suspender la operación por varias semanas, establecer la cuarentena para los contactos, y realizar tareas de desinfección. Dependiendo de la cantidad de trabajadores afectados, es posible que las operaciones se reanuden con capacidad limitada de producción.
La crisis económica propicia los procesos de fusión y adquisición de empresas proveedoras, cambiando el panorama para sus clientes.
Con estos cambios surgen nuevas preguntas para la cadena de suministro:
¿Qué hacer en caso del cierre de fronteras en el país donde están ubicadas las plantas del proveedor?
¿Es posible producir esos productos en plantas de otros países?
¿Qué hacer en caso de que la planta de mi proveedor deba ser cerrada por 2 o 3 semanas?
¿Es posible utilizar productos sustitutos o proveedores alternativos en la producción?
¿Cómo compensar la disminución de capacidad de mis proveedores?
¿Cómo mitigar el riesgo de la red actual?
Si existen nuevos proveedores en el mercado ¿es posible obtener un mejor precio con estos proveedores?
¿Cómo la fusión de mis proveedores afecta mi poder de negociación?
La visibilidad de la cadena de abastecimiento, el análisis de riesgo y el diseño de cadena de suministro ayudan a responder este tipo de preguntas. Los sistemas que proporcionan visibilidad permiten conocer en todo momento la ubicación de productos a lo largo de la cadena, mejorando el servicio al cliente e impulsando eficiencias con los distintos actores de la cadena.
En tiempos pre-pandemia el análisis de riesgo era siempre considerado un proyecto de poca prioridad. En estos tiempos el análisis de riesgo se vuelve prioridad #1. Un modelo que considere el riesgo permite identificar los insumos con un único proveedor, localizar cuellos de botella y diseñar planes de contingencia.
El diseño de cadena de suministro ofrece la capacidad de modelar la red tal como ha operado antes de la pandemia para crear escenarios a partir de esa base, incluyendo cambios en la operación/cierre de plantas, capacidades de producción y costos. Si la empresa tiene la capacidad de modelar las disrupciones y conocer el impacto en sus inventarios, capacidades y costos, tendrá una ventaja sobre sus competidores. En la medida en que las empresas se adaptan a esta nueva realidad se hace imperativo medir el impacto de disrupciones para planear la respuesta de forma proactiva.
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